martes, 10 de marzo de 2020

LA MANO QUE MECE LA CUNA (1992): CON DOS OVARIOS

 
¿Qué hubiera pasado si como originalmente se planteaba Anabella Sciorra hubiera hecho el papel de la mala y Rebecca de Mornay el de la madre buena? No deja tampoco de ser curioso que Cybill Shepherd rechazara el papel de la mala de la función por sus ideales feministas. Pero si Peyton es lo más feminista del mundo! Una mujer inteligente que no se deja pisotear!



Vista hoy en día la película sigue funcionando excelentemente. Es el clásico film de ritmo perfecto, guión ajustado y actores en su salsa. Y que toca todos los temas tan de moda hoy en día: acoso sexual, pedofilia, emancipación de la mujer, la crisis del varón de cuarenta años, etc. Sigue brillando con todo su esplendor una Rebecca de Mornay que borda magistralmente su papel de mujer inteligente capaz de hacer loq ue se propone sin que nadie pueda impedírselo, serpenteando maquiavélicamente por dentro de la familia protagonista para minarla desde dentro y destruir a su enemiga, la mujer que se lo ha quitado todo, porque el ojo por ojo es al única ley que importa.

Desde el punto moral el film sigue siendo caldo de cultivo para el debate filosófico. Más allá de ser un film de psicópatas muy de su época el que el personaje de Peyton no se deje pisotear tiene mucho que ver con el feminismo combativo. Si tú me jodes a mí yo te jodo a ti, parece pensar Peyton y bajo la preciosa apariencia de Rebecca de Mornay no solo tiene el valor y coraje de hacer valer sus principios sino que es capaz de seducir al marido y la hija de Annabella Sciorra en la ficción para primero dejar sola a su enemiga, hacerla sufrir y llegar al objetivo de destruirla del todo...






Obviamente, la recta final se decanta por el habitual vamos a darle su merecido al psicópata de turno, aunque en este caso sea la guapísima Rebecca de Mornay (ojo, en una época en que no tenía que ser una jovencita la que sedujera al espectador) que ha demostrado ser más interesante que el resto del elenco. 

Curtis Hanson conseguía el éxito ansiado con ete film (aunque luego su carrera fuera muy irregular) y Amanda Silver firmaba su primer guión para luego perderse hasta encontrar la saga del Planeta de los simios actuales y las secuelas de Avatar de Cameron. Pero en la memoria siempre nos iba a quedar Rebecca de Mornay y una también guapísima Annabella Sciorra que nos recuerda que si en el film era acosada sexualmente por el ginecólogo estos días atrás ha tenido que testificar sobre Harvey Weinstein que la violó en la vida real. La realidad siempre supera a la ficción.







Sí, hoy en día un film como este no tendría éxito, pero es ya un clásico de culto, un film comercial de su época donde el elenco femenino se impone al masculino aunque Ernie Hudson nos resulte conmovedor en su papel de retrasado mental bonachón.

Por supuesto el film está lleno de momentos míticos y brutales...pero al escena en que Rebecca de Mornay se come una manzana tranquilamente mientras observa cómo agoniza una por entonces desconocida Julianne Moore sigue siendo uno de los planos más brillantes del siglo XX.






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