jueves, 2 de enero de 2020

LA OBRA CINEMATOGRÁFICA Y LA VIDA PERSONAL DE LOS CINEASTAS



Seguro que habréis leído o escuchado muchas veces eso de "hay que separar la obra de la vida privada de los autores" a la vez que habréis leído o escuchado "vida y obra son inseparables en los artistas". Sobre todo, la primera frase, lo dicen los que se empeñan en defender a personajes como Polanski, Woody Allen o Harvey Weinstein. La segunda frase es la cierta de veras.

Sergi Sánchez, uno de esos críticos que en cuanto escuchan la palabra feminismo les entra sarpullido, escribe este mes en la revista Fotogramas un artículo sobre el asunto lanzando una pregunta tramposa como "Es condenable la obra por la conducta inmoral del autor?" en el caso de Polanski no es conducta inmoral sino ilegal, que para algo admitió los hechos ante un juez y sigue a día de hoy en busca y captura por la justicia USA a cuenta de violar a una niña de 13 años. Sánchez pone también como ejemplo de obra que nos "hubiéramos perdido" con el MeToo el film Los Pájaros de Hitchcock que según sus palabras acosó cruelmente a Tippi Hedren en el rodaje. ¿De verdad este juntaletras del cine está hablando en serio? ¿Debemos mirar a otro lado porque un cineasta, por muy hijo de puta que sea, haga obras maestras? Es decir, el machismo cínico en su máxima expresión: mientras Polanski haga películas aclamadas por la crítica da igual que viole niñas o mujeres, porque una cosa es su obra y otra su vida "privada"...eso dicen muchos cinéfilos, pero no es vida privada porque los juicios son públicos y con dinero público y cuando te persigue la policía por violar a una niña es un asunto público, de alarma social y para nada vida privada. Privado sería si a Polanski le gustara masturbarse viendo fotos de niñas en su casa. Eso sería un asunto privado, pero si vas violando por ahí ya es una cuestión social y hay que atajarlo.



Resumiendo, según Sergi Sánchez y otros críticos y cinéfilos, si Adolf Hitler hubiera sido cineasta y hubiera hecho obras maestras del cine tendríamos que separar su obra del asco que nos da su "vida privada". Es decir, si Hitler hubiera dirigido Psicosis seguiría siendo una obra maestra admirable aunque su autor hubiera matado a 6 millones de judíos. Esa es la tesis de los defensores de Polanski y demás personajes siniestros y repulsivos de la historia del cine. O sea, el cinismo y la hipocresía (y el machismo) sin límites.



Lo siento, llamadme puritano o de derechas (porque por lo visto defender a Polanski es muy de izquierdas, muy progresista, según algunos mastuerzos) o cualquier otra cosa que no soy, pero si un director viola niñas, o pega a mujeres o asesina gatos por diversión permitidme que no me ponga a aplaudir sus películas o rece para que le den un Oscar. Al contrario que Meryl Streep (que se levantó a plaudir cuando le dieron el Oscar a Polanski) yo no simpatizo con violadores de niñas.


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